“Hemos cumplido el objetivo que nos marcamos nada más comenzar el ataque a Ucrania por parte del ejército ruso, que no era otro que poner a disposición del Gobierno central las instalaciones de Naturávila para dar una primera solución de alojamiento y manutención a las personas llegadas a Ávila huyendo de la guerra”, recuerda el presidente, Carlos García, que agradece la implicación “del personal de la Diputación, de Accem y de todos aquellos voluntarios que han aportado su granito de arena para dar esa primera respuesta solidaria”.

Desde el pasado mes de marzo el número de refugiados ucranianos ha sido de 173, y han contado con el alojamiento, la manutención y las actividades en unas instalaciones “cedidas al cien por cien para todo aquello que las organizaciones no gubernamentales designadas por el Ejecutivo pudieran necesitar”, apunta García.

Una vez que ha concluido la primera fase de acogida de emergencia y que los ucranianos han obtenido su plaza en el Sistema Nacional de Acogida en distintos puntos de España, Naturávila recupera las actividades del CRIE, de los campamentos y del Programa Naturávila, que en los últimos meses se han visto trastocadas por estas circunstancias. “Es de agradecer la colaboración institucional no solo del Gobierno, sino también de la Junta de Castilla y León, a través de su Delegación Territorial y de la Dirección Provincial de Educación, por haber dado todo tipo de facilidades para atender la emergencia de los refugiados”, concluye el presidente.

Fotografía: El presidente, los vicepresidentes primero y segunda y el diputado de Naturávila, el día en que llegaron los primeros refugiados al complejo de la Diputación.

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