José Luis Fernández
Exposición de Escultura del 21 de julio al 17 de agosto de 2014.
Nacido en Oviedo en 1943 y segundo de los diez hijos de un militar asturiano, José Luis Fernández heredó el don de la escultura de dos hermanos de su madre, tallistas ambos, uno de ellos en mármol y otro en madera, el primero de los cuales se estableció en Zurich y el segundo permaneció siempre en Oviedo. Y esa herencia fructificó en él con gran fuerza.
Viajó a Madrid en 1960, con tan solo 17 años, y en la capital de España trabajó como ayudante de escultores de prestigio como Juan de Ávalos, Ramón Lapayese, Enrique Pérez Comendador y José Luis Coomonte. Pero, por encima de cualquier otra influencia, se puede observar en su obra la poderosa huella de dos de los máximos exponentes del arte escultórico del siglo XX: el rumano Constantin Brancusi y el británico Henry Moore. Sin embargo, José Luis Fernández no fue nunca un imitador de estos dos grandes artistas, sino que ha sabido dotar a toda su obra de un particular y muy personal estilo que la hace fácilmenle identificable. Un singular estilo que lo caracteriza como un escultor total, dotado, además, de una gran versatilidad.
José Luis Fernández enlaza la tradición con lo más atrevido de las innovaciones y las vanguardias artísticas. Combina el figurativismo con la más resuelta abstracción. Sabe adentrarse con maestría en la utilización tanto de los materiales clásicos (madera de pino, nogal o caoba, piedra de la localidad santanderina de Escobedo, mármol de Carrara o de Calatorao, bronce), como de los modernos ideados en la época contemporánea (acero inoxidable y hormigón). Y ejecuta sus obras para que se puedan integrar de igual manera en las recoletas colecciones privadas y en los cielos abiertos de los museos, en modernos edificios de viviendas y oficinas y en las mismas calles por las que el paseante puede encontrarse de sopetón con alguna de sus obras y detenerse gratamente para contemplarlas.
La escultura de José Luis Fernández está presente en numerosas colecciones privadas españolas y extranjeras. Pero también lo está en las calles de diversas poblaciones españolas, -Oviedo, León, Torrejón de Ardoz-, en las que obras suyas representan a personajes a los que rinde homenaje sentados en bancos de la calle, como si de un vecino más se tratara.
Pero también forman parte de otros espacios públicos otra de sus manifestaciones escultóricas, sus murales de hormigón, que se integran en ellos de forma natural, como si siempre hubieran formado parte del paisaje urbano. En Madrid son realmente modélicos sus murales en el paso subterráneo del Metro de la plaza de Cibeles. Asimismo, José Luis Fernández ha sabido integrar su obra escultórica en el mismo interior de edificios. Así se encuentra su mural fuente instalado en el portal de un edificio de la calle de Argüelles de Oviedo y en nueve plantas de la sede del Servicio Obligatorio de Viajeros, en Madrid. Todas ellas son un ejemplo acabado de la integración de las artes a las que se refería el arquitecto, urbanista y diseñador alemán Walter Gropius y sus compañeros de la Bauhaus.
Rodrigo Vázquez de Prada y Grande. Periodista.
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